Por todos es sabido que el gran sueño de Tamara Falcó siempre ha sido el de convertirse en madre. Sin embargo, parece que este sueño tendrá que esperar, a pesar de haber contraído matrimonio hace un par de meses con Íñigo Onieva. Pero no por deseo propio, sino por motivos externos al matrimonio.
Pero lo más curioso de todo es el motivo. Y es que las vacunas que se han puesto para su idílica luna de miel por Sudáfrica no permiten a la hija mediana de Isabel Preysler quedarse embarazada. No, al menos, en los próximos tres meses.
Así que, transcurrido este tiempo, la pareja tendrá que ponerse manos a la obra si quieren cumplir con el deseo del empresario: "Para mí tres es el número perfecto. Ojalá Dios nos bendiga con ello", confesó tras su mediático enlace.
Mientras tanto, Tamara e Íñigo apuran las vacaciones estivales en la localidad gaditana de Sotogrande. Allí, han aprovechado para acudir a la boda de otros grandes amigos y cenar con algunos familiares.